Declaración de Intenciones

Tras varios intentos fallidos y gracias a una noche de insomnio, tengo el firme propósito de alimentar este blog con esas cosas que van ocurriendo mientras vamos al lado del camino

sábado, 26 de junio de 2010

Fin de mundo

Hay muchas cosas que deben tratarse con seriedad y que dejan poco espacio para el humor, uno de esos temas es sin duda la salud. Como dice el dicho popular con la salud, no se juega. Por eso, este artículo más que una opinión o un relato es un llamado de auxilio. Yo sólo necesito que alguien me aclare si de verdad la gripe de moda, conocida como H1N1 es tan peligrosa y rarófila como mientan o es una manipulación más de las farmacéuticas y los medios de comunicación para hacernos creer lo que no es. Con este texto no pretendo inventar el agua tibia, porque sé que este argumento ya se ha discutido en miles de foros alrededor del mundo y tampoco he venido a denunciar uno más de los complots que se inventan las farmacéuticas para seguir llenando sus arcas a punta de la salud del pueblo. Sólo es un llamado a la reflexión.

Si usted ha tenido la oportunidad de viajar a los Estados Unidos en el último mes o se propone a hacerlo en las vacaciones decembrinas notará la obsesión in crescendo por todo lo relacionado con esta influenza, también llamada gripe porcina o influenza tipo A, hay que ver que tiene casi más nombres que Jenifer López. Lo cierto es que esta enfermedad aparte de crear el terror en la población y propiciar el uso de mascarillas tapaboca por doquier lo que ha hecho es que personajes de nuestra niñez y amados por todos, como la pobre Miss Piggy y el cerdito Porky sufran una campaña de descrédito, principalmente a través del email y el Blackberry Messenger. ¿Qué culpa tienen esos pobres cerditos de que ya las aves hayan pasado de moda para achacarles la transmisión de enfermedades? ¡Claro! Había que buscarse otro chivo expiatorio y cayó el menos avispado, el pobre cerdo.

Una de las características más notorias de esta griposa fijación es el uso constante y casi compulsivo de ese gel antibacterial para limpiarse las manos que promete que con solo frotar unas gotas del producto y sin necesidad de los obsoletos agua y jabón, usted quedará inmune ante el horroroso y mortal virus de la gripe H1N1. En los Estados Unidos es casi una norma que en todos los escritorios de oficinas públicas y privadas haya una botella del preciado gel para que usted antes de ir a cerrar un negocio o enterarse de que Madof acabo con los dineros ahorrados para su vejez se desinfecte las manos, quebrado pero aseado, eso sí.

No he venido aquí a ofender o a criticar a la gente que cree fielmente en las bondades del gel en cuestión. Sólo tengo ganas de imaginarme lo felices que van a ser estas navidades los dueños de las principales empresas productoras de esa panacea, que se han hecho multimillonarios apoyados en la paranoia colectiva de ser infectado por este mediático virus.

Disculpen mi ignorancia pero sólo quiero saber si esta gripe es tan diferente al resfriado común y corriente, ese que uno se cura a punta de Acetaminofen y sopa de pollo – y si es de gallina, mejor- que por supuesto puede ser mortal si no sé le trata adecuadamente o si el paciente en cuestión presenta un cuadro de deficiencia respiratoria. Según las últimas estadísticas de la Organización Mundial de la Salud han muerto al menos 6.071 personas a nivel mundial en lo que va de año como consecuencia de la Influenza A y la llegada del invierno en el hemisferio Norte ha hecho que la cantidad de infectados por el virus H1N1 haya aumentado, reportándose cifras por encima de lo esperado. La pregunta es ¿Estámos en presencia de una pandemia que puede ser verdaderamente peligrosa e irrefrenable? O es esta una gripe como cualquier otra con demasiada afección por el noticiero en horario estelar.

Cuantas veces no se ha dicho que las farmacéuticas ya poseen la cura del SIDA y del Cancer, pero que simplemente no les conviene hacerlo masivo porque perderían los millones y millones de dólares que reciben anualmente por todas las drogas que comercializan para controlar estos dos flagelos. Ojo, que no estoy afirmando que esto sea una verdad absoluta, sólo digo que cuando el río suena es porque piedras trae. Una vez más mi invitación es a investigar un poco, a informarnos y a no alarmarnos con la primera información que nos llega a través del televisor.

Lo peor es que el nuevo rumor entre los gringos, tan propensos al terror colectivo es que de tanto mantenerse aseados y libres de gérmenes terminarán generando la reproducción de un super virus. Este horrible microbio sería inmune a todas las drogas habidas y por haber y finalmente acabaría de extinguirnos, eso, si no llega antes el 21 de diciembre del 2012, fecha en la que según dicen se nos acaba el mundo. Es decir, que si no nos agarra el chingo, nos agarra el sin nariz, a mi que por favor me avisen con tiempo.

Nota a pie de página: Nosotros en Venezuela que siempre nos quejamos de todo lo que tenemos y preferimos lo foráneo, tenemos una ventaja competitiva frente al resto del mundo. Gracias a la ingestión metódica durante años y años de guasacaca de arepera y de las famosas salsas de ajo de los restaurantes plateados –también conocidos como carritos de perrocalientes- somos inmunes a un montón de virus que aquejan a la población del orbe. Llevamos por dentro algo así como el Festival del Escherichia coli, cosa que nos ha ayudado más de una vez cuando viajamos por el mundo y todo Dios se enferma del estómago menos uno.

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