Declaración de Intenciones

Tras varios intentos fallidos y gracias a una noche de insomnio, tengo el firme propósito de alimentar este blog con esas cosas que van ocurriendo mientras vamos al lado del camino

miércoles, 28 de marzo de 2007

De Gustavo Dudamel y la Sinfonica de la Juventud Venezolana Simón

Es decididamente difícil ser objetivo acerca de algo o alguien por lo
que se sienten tantas emociones. En este caso el objeto de mi
disertación es Gustavo Dudamel y la Orquesta Sinfónica de la Juventud
Venezolana Simón Bolívar. No solo comparto el orgullo que todo mi país
siente y vuelca en estos 250 seres, me unen a ellos miles de melodías
y experiencias infinitas que me hacen sentir como una mas del grupo.
Tanto, que a veces -de la forma mas atrevida lo confieso- , me
descubro diciendo "…nuestro concierto es el viernes!"

Hoy estamos en Lucerna, una hermosa mini ciudad Suiza adornada por un
prístino lago –con blancos cisnes incluidos por supuesto- y la cumbre
del Pilato, montaña donde, según la leyenda, está enterrado el cuerpo
de Poncio Pilato. Esta es sin duda una población tranquila,
infinitamente limpia e imperturbable. Y un día, sin que nadie se
percatara exactamente llegaron 250 venezolanos a poner la nota de
color. El propósito: una serie de conciertos en el marco del Festival
de Pascuas que cada año se da cita en este Cantón.

La primera noche fue de Mahler. El programa dio inicio con los Rucker
Lieder, hermosamente interpretados por la Mezzo-soprano Magdalena
Kozena, acompañados de forma sublime por la Orquesta y guiados por la
delicada mano de su director de una forma inspiradora.
Segunda parte la 5ta Sinfonía. Y he aquí donde retomo mi preocupación
por la objetividad. Esta obra en particular interpretada por lo
personajes antes mencionados tiene tantos significados para mi que es
absolutamente imposible no emocionarme hasta las lagrimas cada vez que
tengo la dicha de vivir uno de sus conciertos o ensayos. Hoy he
decidido relatar lo sucedido aquella noche porque dicha reacción, que
para mi era totalmente intima e irrepetible, fue compartida por todos
y cada uno de los espectadores del KKL.
Ese día el personal del teatro debió echar mano de las reservas de
Kleenex debido a la profusión de sentimientos. Y según los entendidos,
el público perfectamente Suizo jamás en la historia había sido
protagonista de una reacción tan sentida y expresiva. Eso demuestra
que no soy yo la única sentimental de la pandilla o que esta Orquesta
y su director son algo especial!.

Estoy segura que Gustav Mahler nunca imaginó que sus notas podían
transmitir tanta agonía y dolor reprimido, de ese que te quema desde
adentro y te impide respirar. Apuesto a que tampoco pensó mientras
atormentado escribía desde su perfecta villa austriaca, que un siglo
después dos centenas de jóvenes venezolanos serían capaces de reflejar
sus sentimientos y transmitirlos a un grupo de europeos que perplejos
se dejaban arrastrar por cada melodía. El sábado mientras retumbaba la
trompeta en el primer movimiento todos nos sentimos caminar tras esa
marcha fúnebre. Y sombríos nos regodeamos en la muerte y sus demonios.

Esa noche logré entender su nostalgia por la naturaleza, dibujada
en7578937825 los gestos de Gustavo, me transporte a aquel paisaje
alpino que el probablemente podía divisar desde su ventana mientras
día tras día se entregaba a escribir esta joya. Y experimenté esa
fusión de melancolía y alegría que te deja el recuerdo de los momentos
felices.

El adagietto, o para mi la misiva de amor por antonomasia, fue la
perfecta declaración de intenciones que suspende el alma en vilo y que
Mahler eligió para portar su sentimiento a su adorada Alma. Ese día
toda esa pasión traducida en notas encontró un emisor infinitamente
convencido en el mensaje, entregado a la idea de que en el fluir de la
música se encuentra la sutileza y el secreto del amor eterno.
Y ya que el amor esta presente: la gloria. La celebración de la
alegría, la exaltación de cada sentimiento noble y el triunfo. En
algún lugar leí una cita del director Herbert von Karajan, donde
afirmaba que una gran interpretación de la 5ta Sinfonía de Mahler es
una experiencia transformadora. La noche del 24 de marzo de 2007 fue
un evento inolvidable en la vida de todos los que respiramos la
atmósfera del Kulturforum de Lucerna.

Por un segundo eterno perdí la conciencia del tiempo y este dejó de
ser lineal y así fuimos Gustav escribiendo en su casita campestre y
fuimos Alma descifrando al piano su carta de amor y fuimos Bernstein
hace 50 años decidido a mostrar al mundo un tesoro olvidado. Logramos
vivir la esencia de estás melodías y se desbordó nuestro corazón de
sentimiento mientras presenciamos la resurrección de un ideal.
Mahler dio una declaraciones luego de la premier de esta obra diciendo
que: "Nadie la entendió. Desearía poder dirigir el primer performance
cincuenta años después de mi muerte". Y sabemos que el tiempo es
caprichoso pero el deseo se cumplió, pasaron 103 años, pero esa noche
Gustavo fue Gustav y viceversa.

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